El día 4 de noviembre se realizó una salida al cine con nuestros amigos de la casa del cotolengo.
Ahí os dejo una crónica de ese día que nuestro compañero Luis ha realizado de forma altruista y sin tener que coaccionarlo, gracias Luis. Espero que os guste.
"Bueno, voy a relatar una de las actividades que realizamos los voluntarios de la Casa del Sagrado Corazón de Jesús (Cotolengo).
Todo empezó en una reunión que tuvimos los voluntarios pensando que podíamos hacer este curso con la gente de la Casa. Entre las ideas que surgieron una fue ir al cine. Al principio muchos veían la idea un poco irrealizable pero finalmente la llevamos a cabo el pasado día 4 de Noviembre.
La semana anterior se lo comentamos a las Hermanas de la Casa y no se convencieron demasiado. También hablamos con algunos de los que viven en la Casa para ver quién quería venir. La cosa se quedó un poco floja ya que solo dos personas de las más jóvenes dijeron que vendrían.
Llegamos por fin allí el día de la “superexcursión” y nos sorprendió como gente mayor que no sabíamos que iban a venir se nos acercaron a decirnos: -¡Niño, yo andando no puedo ir, a mí me lleváis en un coche! Eso quería decir que se animaron más gente. Estuvimos hablando con los demás para ver quiénes vendrían . Al fin, obtuvimos el grupo fijo que iba a salir con nosotros y cómo íbamos a ir. Mientras tanto, Nacho y yo (Luis) estuvimos viendo qué película podíamos ver y a qué cine ir. El cine más cercano era el cine del Vialia pero sorprendentemente no está preparado para personas en silla de ruedas. Si tienes silla de ruedas estás obligado a ver la película en primera fila rompiéndote el cuello con esos pantallones. Al descartar esta opción tuvimos que ir al cine del Eroski que está un poco más lejos.
Los que salimos finalmente al cine fuimos de voluntarios: Nacho, Gloria, Jose Andrés, Elena y yo. Y de gente de la casa fueron dos abuelitas (María y Antonia), dos en silla de ruedas (David y Ginés) y un hombre mayor (Pedro).
A la ida Nacho, Gloria y yo fuimos en coche con las dos abuelitas mientras que J. Andrés y Elena fueron con los demás andando y tardaron unos 15 o 20 minutos. La gente, en general, estaba muy ilusionada; había gente de la casa que nunca había ido al cine en su vida como es el caso de Pedro. Los que fuimos en el coche llegamos antes y fuimos eligiendo la película y sacando las entradas. Nos hicieron descuento por mayores de 65 años y por estudiantes. Al explicarle a la chica que íbamos con dos personas en silla de ruedas, no nos podía asegurar que en el pasillo cupieran los dos, aún así las compramos.
Cuando llegaron los demás les dijimos que íbamos a ver “Invasión” de Nicole Kidman. Mientras esperamos para entrar fuimos a comprar palomitas y refrescos. La gente nos miraba un poco raro, la verdad que éramos un grupo un poco extraño. Al entrar a la sala el acomodador no pudo abrir las dos puertas; menos mal que las sillas entraron por una puerta si no hubiéramos tenido un problema. Entramos temprano y nos sentamos donde quisimos, pero lo que me sorprendió es ver a las dos personas que iban en silla de ruedas como se bajaban para ponerse en los asientos del cine. Las sillas las pusimos al final de la sala.
Nos colocamos casi sin haberlo querido cada voluntario con una persona de la Casa: J. Andrés con Ginés, Elena y Gloria con María y Antonia y Nacho y yo con David y Pedro. Estaban alucinando viendo lo grande que era la pantalla y lo bien que se escuchaba. Durante la película Pedro no dejaba de sorprenderse por cualquier cosa que apareciera en la pantalla, estaba muy ilusionado.
Nos colocamos casi sin haberlo querido cada voluntario con una persona de la Casa: J. Andrés con Ginés, Elena y Gloria con María y Antonia y Nacho y yo con David y Pedro. Estaban alucinando viendo lo grande que era la pantalla y lo bien que se escuchaba. Durante la película Pedro no dejaba de sorprenderse por cualquier cosa que apareciera en la pantalla, estaba muy ilusionado.
A la vuelta hicimos un cambio, Elena se fue en el coche y yo me fui andando con los demás, ya que era de noche y queríamos ir rapidito. Durante todo el camino de vuelta Pedro no dejaba de preguntarle a Ginés si le había gustado la película, la verdad que todo el mundo se lo pasó muy bien.
Al llegar a la casa todos le contaron a la Hermana Superiora lo bien que lo habían pasado. Luego nos cogieron las dos abuelitas y nos dijeron que para la siguiente semana fuésemos más temprano que nos iban a invitar a merendar a una cafetería. Ellas pensaban que nosotros les habíamos pagado el cine a ellos pero en realidad una de las Hermanas nos dio el dinero.
En conclusión, fue una salida que gustó mucho y estoy seguro que para la próxima vez se animarán más gente. Ydamos las gracias a todos los de la casa por ese día."
Bueno, esperamos poder poner en breve la otra versión de la salida (la de Gines, Pedro, María, Antonia, David) y que ellos nos cuenten como lo vivieron.